Narrativa hecha textualmente a base de un audio.
Durante los primeros temblores estabamos todos bailando en Los Lagos, allá en el sur, y estabamos tomando también, así que con suerte los sentíamos – Comenta mi abuela, mientras se reía al recordar los buenos momentos- Al día siguiente después de eso, en la tarde, fue el terremoto. Estaba todo servido, listo para almorzar, íbamos a comer una cazuela, cuando comienza el sismo… Los árboles se movían mucho, casi llegaban al suelo. La noria que teníamos cerca, expulsaba agua hacia arriba, saltaba casi. Cuando terminó, divisamos el pueblo todo en el suelo. Las calles estaban abiertas.
También supe que en Tomé, un poquito más al sur, la avenida había desaparecido por el tsunami que vino después del terremoto, y quedó hecho un río, debido a que quedó un socavón en el lugar.
Todos corrimos a los cerros y... habían muchos niños asustados, sabíamos que iba a venir el mar... Cuando llegó... fue impresionante. Olas de al menos unos 30 metros de altura, que tapaban casi todo lo que conocíamos como pueblo. Las réplicas siguieron por muchos días y la gente tenía miedo de bajar... no sé si habrá subido el mar o la tierra bajó.
Posterior a eso, me fui en un camión de transporte de mercadería, junto con dos chiquillas, hasta Valdivia. Cuando íbamos en el camino, veíamos las líneas de los trenes, todas rotas.
Después, ya cuando llegamos a Valdivia, todo era desolador. Al igual que en Los Lagos, todo estaba en el suelo, y por el tsunami había desaparecido toda la costanera de Valdivia, lugar donde estaba el mercado y los locales de comida.
No quiero recordar más, es muy triste acordarme de eso.
Podemos ver el impacto social que ocasinó el terremoto de 1960, y las impresionantes imágenes que generan las palabras dichas por esta persona.
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